Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú. Sé el que aparta la piedra del camino, el odio entre los corazones y las dificultades del problema. Hay una alegría de ser sano y la de ser justo, pero hay, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.
  La magnitud que ha alcanzado la violencia en los últimos años hace que se encuentre actualmente entre las prioridades en salud. La educación y el entorno social y cultural desempeñan un rol decisivo en el desarrollo de las conductas violentas. Resulta más beneficioso y saludable para una sociedad no aceptar la violencia de ninguna forma y promover una cultura de valores, de respeto y de aceptación de las diferencias sociales.